Loma de Blanco Bonao

Loma de Blanco, Bonao.-Hasta en los días de altas temperaturas del caluroso verano,  resulta agradable a la vista observar  las nubes dejarse caer en suaves caricias  sobre las montañas de más de 600 metros  de esta localidad.

Las mismas dimensionan la hermosura y el agua que brota dulcemente de una región privilegiada por la naturaleza y que garantiza la existencia de los seres vivos en las llanuras  céntricas  de la parte dominicana de La Española.

 Un día normal de clase en el pequeño salón, el grupo de estudiantes nunca supera la docena y media, pero su maestra apuesta a sembrar en ellos un espíritu indomable de conciencia acerca de la importancia de preservar el medio ambiente y los recursos naturales en base a lo lúdico  y, justamente, constituye una buena herramienta para que inicien el aprendizaje jugando e hilvanando ideas teniendo como guía a la naturaleza.

Mientras esos seres humanos que apenas comienzan a vivir ponen atención a los recursos pedagógicos a su disposición para conocer el ciclo del agua, afuera,  otros ya adultos agrupados en la Asociación de Caficultores La Independencia, algunos con las cabezas encanecidas; en una se sus ordinarias reuniones también tratan de construir el futuro de las nuevas generaciones con abordajes acerca de cómo garantizar el agua que la naturaleza ha venido regalando para la vida a los habitantes de buena parte de   República Dominicana.

    Conciencia

En ambos escenarios  se seguía la tradición de concienciación pública y de preparación  para eventuales luchas por la defensa de los recursos naturales, tal como lo hizo durante toda su vida una de los suyos, la ecologista y luchadora antitrujillista Aniana Vargas.

“La naturaleza es nuestra aliada, de ellas vivimos y vivirán los hijos y los nietos. Siempre la cuidaremos, a pesar de que la cosa no ta’ fácil”, dijo escuetamente Juan García, agricultor de 63 de edad, en momentos en que  limpiaba su machete en uno de los chorros de agua fresca que bajaba de una elevación y de la cual bebió varios sorbos sin temor a una enfermedad de origen hídrico.

Ciertamente, se trata de una zona que genera riquezas producto de las aguas que brotan del sistema montañoso correspondiente a  la cordillera Central, que da vida a los habitantes en una parte del Cibao Central, entre ellas de las provincias Monseñor Nouel, La Vega Sánchez Ramírez y Duarte.

En el lugar nacen ríos de la importancia del Pinalito, Blanco y Yuna, además decenas de microcuencas que alimentan esos y otros acuíferos de la región.

Las aguas son aprovechadas para el consumo humano y animal, en la irrigación de terrenos dedicados a la agricultura y la producción energética. En ese último aspecto se producen alrededor de 60 megavatios.

Ecoturismo

Cada año, miles de turistas disfrutan de las bellezas naturales de la región, pudiendo seleccionar entre las diversas actividades y servicios que se ofrecen a los visitantes.

A la carta se puede escoger entre el disfrute una cascada de agua fría en la comunidad El Candongo, practicar montañismo en el salto El Rodeo, tomar un baño en el río Blanco y  disfrutar de caminatas y senderismo a lomo de mulo en el Sendero El Higo.

La oferta no termina con eso, porque puede conocer la ruta del café, participar en la crianza de conejos, de siembra de árboles y elaboración de muebles y artesanías en bambú.

Algunas familias campesinas preparan, asimismo, alojamientos en los que conviven con extranjeros a quienes dan a conocer la cultura rural, con el fin del intercambio cultural entre los visitantes y residentes y dinamizar la economía.

Alianza

Ahora los campesinos de la zona creen que solo  no pueden sobrevivir del cultivo de los productos tradicionales sin dañar la naturaleza. Esa es la razón por la que han decidido aliarse a un grupo de instituciones públicas y privadas  para reforestar la loma de Blanco con variedades  de café resistente  a la  roya  y especies frutales, a fin de proteger las cuencas de los ríos.

El  propósito inicial consiste en la reforestación de 67 mil tareas, con los 14 millones de plantas que, además de café, incluye zapote, aguacate y naranja agria, entre otras, producción que beneficiará a alrededor de 3 mil familias de esa zona, directa e indirectamente.

Escrito por: Luis García